martes, 7 de febrero de 2012

Playboy Mexico Febrero 2012



La actriz Vanessa Bauche esperó más de una década para darle el sí a la revista Playboy y ahora se muestra en traje de Eva en el número de febrero. En la entrevista, hizo reveladoras declaraciones de su vida íntima, así como de sus intervenciones en cine donde, afirma, nadie retrató su belleza física; pero sí la estereotiparon primero en niña de secundaria cuando participó en Amores perros (Alejandro González Iñárritu) y, luego como mujer obesa tras realizar el personaje de Digna Ochoa en 2003.

Apuntó que Playboy la había buscado anteriormente para posar desnuda, “desde que hice Amores perros, pero no acepté porque en ese entonces decía ‘no soy un cacho de carne’”.

Sin embargo, ahora aceptó hacerlo porque representa “un gran reto físico y de de pensamiento, yo no quería al principio ser de esas actrices que se venden de ‘sex-symbol’ y luego andan por todos lados. Yo quería el intelecto y que la mujer no fuera vista como un pedazo de carne. Era muy ingenua, me desperté muy tarde a la conciencia del cuerpo femenino. Y el cuerpo en general está muy sobrevaluado. Pero en ese sentido, yo dejé de lado a la mujer que soy y tardé mucho en recuperar el eros, esta energía vital”.

La actriz que participó en la cinta Los tres entierros de Melquíades Estrada, abundó que al principio de su carrera prestó su cuerpo, alma y mente para contar la historia de alguien más, como lo hizo Robert de Niro o Charlize Theron, quienes al participar en cintas como Toro Salvaje y Monster lograron el reconocimiento de la Academia de Hollywood, prestigio mundial y libertad profesional, pero “aquí, terminando de filmar me dijeron ‘ahí te ves’”.

Apuntó que tardó en darse cuenta de que los demás no entendían lo que deseaba, “porque este es un mundo de apariencias. En ninguna de las películas que hice se me mostró mi belleza, opté por un camino nada glamoroso, pero, dije basta”.

“Ese periodo que viví con los kilos de más pudo haber sido devastador para mucha gente. Yo sé que me alejé un poco, pero tampoco había tantas ofertas para hacer cine. Y no entendía por qué. Me decía ‘qué desleales, una se entrega, que se deforma, que se rapa... y nada’. Pero no me había dado cuenta de qué tan importante es el aspecto físico”.

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