Desastre en Brasil 2012
La tragedia producida por las lluvias en las tres ciudades históricas de la sierra de Río: Petrópolis, Teresópolis y Nova Friburgo que se ha cobrado ya 535 vidas y cuyo número está destinado a crecer, se ha agravado con nuevos embates del clima.
Mientras rescatistas batallan entre los escombros, los sobrevivientes lidian con la infraestructura de comunicaciones destruida y lodo en busca de sus familiares y pertenencias.
En el diario “Folha” de Sao Paulo, Ruy Castro en un artículo de opinión recuerda que en los últimos años no ha habido un solo ministro de los diferentes gobiernos que no haya paseado por esas tres ciudades, meta de turismo nacional e internacional, que posee las posadas más lujosas de la región y cuya zona ha sido escogida por la clase media alta para construir sus condominios de verano.
“Estaba escrito en las paredes”, escribe Castro, que la “favelización” de la zona, los miles de construcciones levantadas ilegalmente en zonas de riesgo, empobreciendo el terreno y cargándose la vegetación, preparaba la tragedia. Y los políticos no lo vieron o no lo quisieron ver.
En el diario “O Globo”, Marcos Sá Correa escribe: “El remedio no es llevar a la cárcel a la lluvia, sino responsabilizar a los gobernantes por los crímenes cometidos en serie contra la naturaleza”.
“O Globo”, en su primera página denuncia a grandes títulos que “El Estado no tiene un sistema de alerta contra las catástrofes naturales”.
Mientras rescatistas batallan entre los escombros, los sobrevivientes lidian con la infraestructura de comunicaciones destruida y lodo en busca de sus familiares y pertenencias.
En el diario “Folha” de Sao Paulo, Ruy Castro en un artículo de opinión recuerda que en los últimos años no ha habido un solo ministro de los diferentes gobiernos que no haya paseado por esas tres ciudades, meta de turismo nacional e internacional, que posee las posadas más lujosas de la región y cuya zona ha sido escogida por la clase media alta para construir sus condominios de verano.
“Estaba escrito en las paredes”, escribe Castro, que la “favelización” de la zona, los miles de construcciones levantadas ilegalmente en zonas de riesgo, empobreciendo el terreno y cargándose la vegetación, preparaba la tragedia. Y los políticos no lo vieron o no lo quisieron ver.
En el diario “O Globo”, Marcos Sá Correa escribe: “El remedio no es llevar a la cárcel a la lluvia, sino responsabilizar a los gobernantes por los crímenes cometidos en serie contra la naturaleza”.
“O Globo”, en su primera página denuncia a grandes títulos que “El Estado no tiene un sistema de alerta contra las catástrofes naturales”.
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